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domingo, 30 de agosto de 2015

Quién es el montubio ecuatoriano


Mi anterior publicación fue acerca del rodeo montubio y lo mucho que significa para las tradiciones del campesino de la costa ecuatoriana Así mismo terminé la publicación recordando otra de Susana Cordero de Espinosa, catedrática universitaria en literatura y periodismo y presidenta de la Academia de la Lengua en Ecuador, titulado "Montubio, no: montuvio".

El reportaje narra la desazón que sentía el manabita Ángel Loor por la definición de la palabra "montubio" (escrito con "b") en el diccionario: 1. Persona grosera, montaraz y 2. Campesino de la costa. Esta definición resulta grosera para el auténtico campesino costeño de Ecuador. Por esto, el profesor Loor impulsó una campaña que en el 2015 logró incluir en el diccionario la palabra "montuvio" (escrito con "v") como la definición correcta del campesino de la costa ecuatoriana.

Pero ser montubio o montuvio es algo que va más allá de lo gramatical y lo semántico. Yo escribo montubio porque es un asunto de identidad y de pertenencia culturalLa historiadora Tatiana Hidrovo define al montubio como "un tipo de campesino con características culturales específicas que obedecen a un proceso que se ha desarrollado en la Costa ecuatoriana". Y es que campesinos hay en todo el mundo, montubios solo en Ecuador

De hecho, los montubios son el grupo étnico más importante de Ecuador por encima del negro y el indio (el 7 % de la población según censo INEC 2010, más de un millón de personas) con costumbres y tradiciones culturales muy ricas (minimizadas y hasta relegadas de la promoción del folclor ecuatoriano), arraigados a su saber popular sobre agricultura, ganadería, gastronomía, cultura oral y literaria (cuentos, leyendas y amorfinos), atuendos, música, bailes y, por supuesto, su rodeo, símbolo de identidad, que más que un espectáculo, es su deporte por excelencia.

¿Donde viven los montubios? en el monte (de ahí su nombre). Viven en las zonas rurales de Manabí, Guayas, Los Ríos, El Oro, el sur de Esmeraldas, y las zonas subtropicales de Bolívar, Chimborazo, Azuay y Loja. 




El montubio es un mestizo, mezcla de negro, de cholo y de blanco, con una fuerte relación con su tierra y la agricultura, la ganadería, su imaginario, su singular forma para conversar y su importante tradición oral (reflejada en los amorfinos, por ejemplo).

Esa forma singular de hablar se basa en muchas palabras del idioma castellano que han desaparecido del diccionario o son arcaísmos de los siglos XVI, XVII y XVIII, y que se quedaron atrapadas en el mundo montubio. La historiadora Tatiana Hidrovo dice que “ese idioma cortado del campo, de falta de ese, tiene que ver con una clara influencia española andaluza”. Otra cuestión interesante de los montubios es su pensamiento mítico mágico, que se expresa en sus relatos, amorfinos, tradiciones y saberes que sostienen, en especial, los más ancianos. 

Ejemplos de vocabulario montubio. Algunas de estas palabras no constan en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua Española. Otras sí. Pero muchas han caído en desuso. Se las utiliza aún en las zonas montubias o entre gente de la ciudad con origen montubio.
  • Abusión: Superstición.
  • Aguaitar: Mirar, ver.
  • Agallones: Glándulas del cuerpo humano.
  • Alunar: Estar en celo. Se usa generalmente en los animales.
  • Atarugarse: Llenarse, hartarse.
  • Aventao: Es la persona que tiene gases acumulados y ligera hinchazón de vientre.
  • Azocar: Apretar.
  • Brincacharco: Corto.
  • Cuajar: Ser fértil.
  • Cufiar: Tantear, mirar.
  • Cuja: Cama.
  • Chicotear: Sacar el grano de la espiga de arroz golpeándolo contra la tierra.
  • Chirapo: Erizado, despeinado.
  • Chucula: Dulce realizado con maduro, al que se le agrega leche.
  • Enchivado: Malgeniado.
  • Enllavar: Poner candado.
  • Enrudao: Infusión que toma la mujer montubia luego de dar a luz. Se prepara con ruda (hierba medicinal), licor, canela y pimienta de olor.
  • Encorquetar: Forma en que las madres especialmente, ubican a sus hijos en la cadera, simulando una horqueta.
  • Esparmentoso: Adefesioso.
  • Espinazo: Columna vertebral.
  • Finado: Muerto.
  • Futre: Elegante.
  • Gloriao: Infusión de hierbas medicinales con alcohol.
  • Gallinero: Lugar donde viven gallinas, gallos, patos y otras aves de corral.
  • Gracia: Nombre.
  • Guaija: Peces pequeños.
  • Guácharo: Huérfano.
  • Guargüero: Garganta.
  • Jáyara: Hosca.
  • Jachudo: Necio.
  • Jecha: Una fruta madura.
  • Jinchoniar: Azuzar.
  • Juete: Látigo.
  • Jule: Se usa para azuzar a los perros.
  • Juntar: Recoger cacao.
  • Mamerto: Tonto.
  • Ojeado: una supuesta enfermedad causada por la mirada de una persona.
  • Oración: El atardecer.
  • Patera: Poza o lugar donde se bañan los patos.
  • Padrejón: Estómago.
  • Planazo: Machetazo.
  • Pasmado: Que algo detiene su crecimiento.
  • Parcero: Amigo.
  • Recular: Retroceder.
  • Sinapismo: Desorden.
  • Tendal: Sitio en el que se expone al sol el cacao, para su secado.
  • Todoy: Desde la mañana.
  • Tonga: Alimento envuelto en hoja de bijao o plátano que se lleva al sembrío para comer.
  • Viravuelta: Indicación de un camino de forma de serpenteada, de ese.
  • Verdural: Cultivo de verduras. Enredado.



Pese a que los montubios poseen rasgos en común, no son una masa, tienen particularidades de acuerdo con su ubicación geográfica. Los montubios fluminenses y guayacos viven una cultura más agraria y menos urbana que el montubio orense, y conservan un fuerte apego a su vida en el campo. El Oro es la provincia ecuatoriana con mayor crecimiento de población urbana y decrecimiento de población rural. Este fenómeno se aceleró por el desarrollo de la industria agroexportadora de banano.

El montubio orense enfrenta la urbanización de su territorio rural y el consiguiente desarraigo de su tierra, que poco a poco lo lleva a trabajar para otros como obrero agrícola o a buscar otros oficios en el campo o la ciudad que no forman parte de su tradición para subsistir. Los montubios que llegan a la ciudad son un grupo en transición, porque su sentido de afirmación y pertenencia está cambiando. El monte aun los llama, y solo pueden aferrarse a lo que queda de sus costumbres.

Como orense y santarroseño tengo un interés muy grande en esa parte de mi identidad regional. Actualmente, El Oro es una provincia donde las costumbres del montuvio se están perdiendo y es una pena. Su cultura debería ser más fomentada y mantenida. Mi bisabuelo y abuelo salieron desde Guayas hasta El Oro y mi padre vivió sus costumbres hasta que la modernidad lo absorbió. Aún como médico, mi padre supo transmitirme el cariño por el campo, sus conversaciones, su comida y los cuentos y las leyendas que él escucho. Cuando puedo asisto a los rodeos y me siento feliz por lo que veo y aprendo.

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