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jueves, 3 de septiembre de 2015

Cómo fueron las inundaciones de Santa Rosa - El Oro


Durante el siglo XX, la ciudad de Santa Rosa de la provincia de El Oro en Ecuador, vivió tres acontecimientos terribles que literalmente la destruyeron, pero supo renacer y reconstruirse con su mejor rostro para enfrentar el futuro. El más nefasto fue la destrucción que dejó el bombardeo que el ejército de ocupación peruano provocó durante "la guerra" de 1941. Los otros dos fueron los grandes aluviones que trajeron el desbordamiento de los ríos alrededor de la ciudad. Santa Rosa está ubicada en la margen derecha de dos ríos que por dos ocasiones casi la han hecho desaparecer.

Los ríos Santa Rosa, Buenavista y Pital han tenido en incontables ocasiones grandes crecidas que han provocado inundaciones importantes, sobre todo en la temporada invernal. En cada invierno fuerte, agravado si se presenta junto al fenómeno del Niño, se anegan los barrios ribereños de Santa Rosa. El primer gran aluvión se registró en 1927la creciente de los ríos fue tan fuerte y violenta que por poco la borra del mapa. El otro gran aluvión sucedió el sábado 8 de noviembre de 1997. Se inundaron los 30 barrios ribereños hasta el centro de la ciudad.

Santa Rosa rodeada por los ríos Santa Rosa, Buenavista y Pital

Quienes habitan estos barrios temen que se repita lo que pasó en 1997, donde torrenciales lluvias que acumularon 150 mm de agua durante casi 15 horas, desde la tarde del viernes hasta el amanecer del sábado 8 de noviembre. El desbordamiento se produjo súbitamente en la madrugada mientras casi todos dormían, inundando todo alrededor y produciendo una situación de desastre. Las causas que agravaron la inundación fueron las camaroneras construidas sobre los drenajes naturales, un sistema insuficiente de alcantarillado y el exceso de sedimento en los ríos que disminuía su caudal. Tres personas fallecidas, 3700 evacuados y 10 mil damnificados fueron el saldo del aluvión, además de la presencia de enfermedades (paludismo, dengue y cólera).



En 1997 yo tenía 18 años, estudiaba la universidad en Guayaquil y el sábado 8 de noviembre viajaba en autobús hasta Santa Rosa para visitar a mi familia. Llegué al redondel de Corralitos (a quince minutos de Santa Rosa) para tomar otro vehículo que me lleve a casa y empecé a escuchar que la ciudad se había inundado. Yo no creía nada, pero cuando casi ningún vehículo quería viajar hasta allá, me preocupé. Pero apareció un autobús que se arriesgó y me subí.

En el trayecto poco a poco desaparecía el paisaje y solo quedaba el carretero con muchísima agua a los costados, que llegaba hasta donde alcanzaba la mirada. No se veían plantas, camaroneras ni potreros, solo el carretero y el techo de algunas casas sobre el agua. Después de diez minutos, el carretero también empezó a desaparecer bajo el agua. Todos en el autobús estábamos sorprendidos, conmovidos y vale decir que hasta asustados. El autobús avanzó hasta un punto en el que el agua entró al pasillo interior, justo a tres kilómetros del puente de ingreso a Santa Rosa. Ahí paró y tuvimos que bajar y caminar en el agua.


No es el carretero a Santa Rosa, pero así es como lo recuerdo.
Agua y más agua por todos los costados.

Ya había mucha gente que avanzaba a pie hacia el puente y varias canoas para ayudar a los que lo necesiten. Lo que vi en realidad fue impactante: el río Pital estaba cuatro metros por encima de su cauce normal y había inundado todo. El río demoró cerca de dos días en volver a la normalidad y casi una semana la instalación de bombas para vaciar el agua de casi un tercio de la ciudad. Los destrozos, innumerables.

Después de esto hubieron trabajos de reforzamiento con un muro de contención de 1620 metros en el río Santa Rosa, un muro de gaviones de 230 metros en el barrio Galápagos, una línea de espigones de 145 metros para encauzar el río Buenavista con el Pital, pero el sector camaronero se opuso al dragado de este último. Como consecuencia de esta negligencia (no dragar), además del descuido de un contratista que destruyó sin autorización uno de los muros de contención, la noche del 19 y la madrugada del 20 de marzo del 2015, hubo un nuevo desbordamiento que afectó varios barrios ribereños y 45 familias damnificadas en plena temporada invernal. 



El contratista debe construir, por encargo del GAD Municipal de Santa Rosa, un nuevo muro pluvial de 920 metros para el control de inundaciones. Sin embargo, existe una propuesta de la Escuela Politécnica del Litoral para un proyecto macro de construcción de un bypass que desvíe el río Buenavista hacia un nuevo cauce en el estero Balosa. De construirse ¿Será la solución definitiva al problema de inundaciones? Solo el tiempo lo dirá.

Nuevo muro pluvial de Santa Rosa para el control de inundaciones



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